¡Buenos días!
Hoy es martes 23 de enero

Y si viste unos titulares sobre un supuesto virus zombi del ártico, guarda tu machete que (por lo menos por ahora) no tendremos un apocalipsis zombi. Cuando vas más allá del «clickbait» y el sensacionalismo, la verdadera noticia es que los científicos tienen la TEORÍA de que virus que PUDIERAN haber estado congelados por miles de años en las capas de hielo del ártico se liberen por culpa del calentamiento global. Por lo tanto, el zombi sería el virus —por “revivir” luego de milenios congelado— y no que el virus transformaría el planeta en un capítulo de The Walking Dead. Pero de nuevo ESTO NO ESTÁ PASANDO. Feliz martes.

El candado puesto…

El padre y el niño de la familia que se intoxicó después de una fumigación medalaganaria en la torre Da Silva III, ubicada en el DN, siguen peleando por sus vidas. Mientras tanto, comenzaron a quedar un poco más claras las responsabilidades —y la cadena de malas decisiones— que terminaron en esto. Al menos ya está identificada la sustancia que echaron y la persona que la aplicó.

La persona

Una vecina había decidido fumigar con un producto altamente tóxico, ya eso se sabía, pero no lo aplicó ella, sino un domínico-francés que ella buscó para que le hiciera unos trabajos en madera. Se trata del artista visual Georges Thevenet, quien vive aquí desde 1987 y es conocido por su uso de madera reciclada en obras que reflejan la identidad y cultura dominicana.

Sobre si Georges sabía o no del uso correcto del químico que usó, o de las consecuencias de su mal uso, lo dirán en la justicia porque ayer mismo fue detenido. Mientras tanto, se supone que él usaba ese insecticida porque mata al comején (o la termita), que lo que hace es comerse la madera que él trabaja.

La sustancia

El químico que echó en el apartamento se llama fosfuro de aluminio. Es un insecticida fumigante «altamente poderoso», que se comercializa aquí como Phosfin, Phosgas o QuickPhos. Se sabe que en ciertas condiciones de calor y humedad puede liberar fosfina, un gas que se acumula en espacios cerrados y es letal porque bloquea el proceso de fosforilación oxidativa mitocondrial (el proceso por el que se produce energía en las células). 

Dicen los expertos en fumigación que por ser tan letal y porque no existe un antídoto para el fosfuro de aluminio, solo se usa en la fumigación de lugares como muelles y furgones en áreas abiertas. Y quienes dicen que lo usan en casas, aclaran que hay un protocolo bien estricto para su uso que incluye hasta trajes de protección, un cierre hermético del lugar, y que no se acerque nadie por la zona durante días. Por eso, el gobierno mandó a evacuar el edificio completo hasta que sea seguro volver.

… Después de los robos

Así, en plural. OK, lo primero que hizo el gobierno ayer fue prohibir la importación del fosfuro de aluminio mientras tanto. Pero te estarás preguntando cómo es que un producto tan letal y que necesita de un protocolo tan complejo para ser aplicado, llegó a las manos de alguien que no es profesional de la fumigación. Además, en vez de prohibir la importación, ¿por qué no se chequea dónde falló la regulación?

Pues la respuesta es sencilla: en el país no hay una regulación para estos productos que exija, por ejemplo, que solo se le venda a fumigadoras autorizadas por las autoridades competentes (asegurándose de que conocen el protocolo de uso). Tampoco se necesita un permiso especial para comprar el fosfuro, que se vende en pastillas y un frasco de 30 se consigue por 500 pesos. Cualquiera lo puede comprar.

Pero lo peor es que esta no es la primera vez que pasa un evento trágico con el fosfuro. Laura Lateulade, una uruguaya que vive en el país desde hace 27 años, compartió un posteo donde decía que esta tragedia le tocó muy de cerca y le movió toda el alma, porque hace 10 años perdió a su madre —que había venido de visita al país— y a una amiga, por el uso de fosfuro en circunstancias parecidas a la de ahora. El periodista José Marmol había escrito una columna en el 2015, contando cómo casi pierde a su hijo mayor y la esposa de este por el uso de la misma cuestión, en una situación casi igual. 

Pero como vivimos en el país de ‘deja eso así’, a pesar de esos dos casos y cualquier otro que seguro hay por ahí, nadie hizo nada y aquí estamos de nuevo.

Miren el maco

Ya empezó la discusión entre el gobierno y la Sociedad Dominicana de Diarios (SDD) sobre la nueva ley que crea la DNI, y las preocupaciones en cuanto a las posibles brechas que le deja al órgano de inteligencia, que a su vez podrían parar en violaciones a derechos fundamentales como el derecho a la privacidad, o a la intimidad o al secreto profesional. 

Otros no están hablando, pero tal como lo previó el gobierno, ya se fueron al Tribunal Constitucional a pedir que declaren la ley como inconstitucional. En ese grupo hay partidos y agrupaciones civiles. Por el otro lado, está metiendo presión la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que agrupa a muchísimos medios de distintos países para abogar por la libertad de prensa.

Mientras todo esto pasa, el presidente Abinader pidió que «no politicen» la ley y le pidió a la oposición que «dejen la hipocresía» porque todos los partidos votaron a favor de la ley, y no fue hasta que la prensa comenzó a hacer bulla —ya después de promulgada— que todo el mundo dijo «ah po aquí hay un maco».

El maco está en el 11

Edith Febles sacó a relucir en El Día algo de lo que no se había hablado hasta ahora, y tiene que ver con el proceso que se siguió en la Cámara de Diputados para aprobar la ley. Resulta que la comisión que la estudió rindió un informe favorable a la ley como estaba, y así fue aprobada en primera lectura. En ese informe, el artículo 11 decía que todas las personas, entidades y empresas están obligadas a dar la información que requiera la DNI, pero —y esto es lo más importante— siempre y cuando hubiera una autorización previa de un juez o un tribunal competente. O sea, la DNI podía buscar su información, pero con una orden judicial.

En la sesión de la Cámara de Diputados, que fue en diciembre cuando ya todo el mundo estaba en fiesta y después de que habían terminado los debates de ese día, el diputado del PRM que lideraba la comisión de las Fuerzas Armadas, que había rendido el informe favorable, dijo que ellos habían «consensuado» una pequeña modificación de último minuto. Pacheco le dijo que no la leyera, y al final lo hizo él mismo, pero solo diciendo que se había agregado la parte de que no se debían perjudicar los derechos a la intimidad o el honor personal. No mencionó que se había quitado lo de que se necesitaría la orden de un juez o un tribunal, que finalmente fue la modificación que hicieron. Ahí se votó y se aprobó en segunda lectura y nadie se dio cuenta, y después pasó lo mismo en el Senado. Para completar, el Defensor del Pueblo dice que había advertido en octubre sobre los problemas que tenía la ley, pero tampoco nadie le hizo caso.

Así que ya sabes qué es lo que va a salir del famoso diálogo entre el gobierno y los sectores que se han quejado, y probablemente por dónde irá la sentencia del Tribunal Constitucional.

Imagen del día

Este asunto que parece un extraterrestre es un tardígrado, un animal que cariñosamente le conocen como «oso de agua». Con sus ocho patas y cuerpo invertebrado (o sea, que no tiene huesos) ha estado en la tierra por lo menos unos 600 millones de años, porque son capaces de sobrevivir a prácticamente a todo. Pueden sobrevivir sin oxígeno y sin agua por años, habitar en el agua y en la tierra, aguantan frío y calor extremo, no los mata la radiación y hasta los mandaron al espacio donde no solamente aguantaron las condiciones del espacio exterior, sino que también se reprodujeron sin problemas.

La cifra del día

870 000

Los dominicanos residentes en el extranjero que podrán votar en las elecciones de este año, según la Junta Central Electoral (JCE). Esto representa un 11 % de todo el electorado dominicano, lo cual convierte a RD en el país con más personas viviendo en el extranjero hábiles para votar en el mundo entero. De los 34 países donde los dominicanos podrán votar por su candidato favorito, el 71 % de los registrados viven en Estados Unidos.