¡Buenos días!
Hoy es jueves 4 de julio

Y los gringos están celebrando el día de su independencia. Pero, como todo el mundo te hablará de eso, decidimos contarte que hoy también son las elecciones en el Reino Unido. Aunque a lo mejor no te importe quien gane por allá, te podría interesar saber que uno de los candidatos ni siquiera es de verdad, ya que fue creado con Inteligencia Artificial. Su nombre es AI Steve y a diferencia de muchos políticos, puedes hablar con él en cualquier momento y preguntarle lo que te dé la gana. Como ya uno no sabe en qué mundo vive, en caso de ganar, su creador Steve Endaccot sería quien se siente en el parlamento, pero asegura que continuará usando el sistema para responder a lo que quiere el pueblo. Ya.

Parte y reparte

Como recordarás, hay gente no quedó contenta con los resultados del método D’Hondt en las elecciones pasadas. Por eso, un grupo de 40 diputados, con José Horacio Rodríguez a la cabeza, tienen lista una propuesta para sustituir el método D’Hondt por otro método que se llama Sainte-Laguë para asignar la cantidad de curules a cada partido en la Cámara de Diputados y los Concejos de Regidores.

¿D’Hondt está el problema?

Ya hablamos mucho de eso después de las elecciones, pero recordemos: el método D’Hondt es un sistema que busca repartir proporcionalmente las curules (o los asientos). Es mejor haciendo eso que el sistema de voto directo, donde los diputados más votados son los que entran y punto (de hecho, si hubiera sido por voto directo el PRM habría tenido una mayoría todavía más amplia). Pero aunque reparte mejor los escaños, lo hace entre menos partidos. 

Por eso beneficia a los partidos más grandes y perjudica a los pequeños (sobre todo a los candidatos fuertes en partidos pequeños). Así fue que vimos candidatos con 10 mil votos en partidos pequeños quedarse fuera, y candidatos con mil y pico de votos en partidos grandes ganarse su asiento.

Te presento a Saint-Lagüe

El método es muy parecido al D’Hondt, pero cambiando los números por los cuales se dividen los votos de cada partido. No nos vamos a poner a explicar eso de nuevo, ni tampoco te interesa. Lo único que debes saber es que este sistema reparte los escaños entre más partidos. O sea, es como Robin Hood: les quita a los grandes para darles a los pequeños. Esto tiene una cosa buena: les da participación a más voces dentro de la Cámara, y reparte más equitativamente todo el poder.

Pero así como te digo lo bueno, te digo lo malo: al repartir los asientos entre más partidos, también dificulta lograr mayoría o consenso dentro de la Cámara. Eso puede complicar ponerse de acuerdo en las propuestas, o dilatar las aprobaciones porque las negociaciones pueden ser largas y tediosas. En algunos casos, simplemente se atascan las propuestas. Por eso quizás ha funcionado bien en países donde no es tan difícil negociar, como Alemania, Nueva Zelanda y Suecia.

Agarra el mismo ejemplo

Si quieres volver a tratar de entender el método D’Hondt, puedes ir al Brifin donde lo explicamos. Y ya que estamos, vamos a traer una tablita muy parecida a la que usamos aquella vez, pero ahora haciéndolo para los dos métodos para que veas la diferencia. Para este ejemplo, son 6 curules que se repartirán, así que se escogen los 6 números más altos.

Método D’Hondt

Método Sainte-Lagüe

Como podrás notar, en el Saint-Laguë cogió un puesto el partido D (el más pequeño), y el partido A (el más poderoso) ganó uno menos. Ah, y la diferencia es que en vez de dividir por 1, 2, 3… etc., hasta llegar a la cantidad de curules que tocan en esa circunscripción, se divide por los números impares (1, 3, 5…). No vas a hacer nada con eso, pero era necesario aclarar.

Yo lo que estoy es en trabajo

Mientras en el resto del mundo se está contemplando disminuir la semana laboral a 4 días (hasta aquí hay un plan piloto de eso) o hasta a menos de 40 horas a la semana (como se está discutiendo en España), en Grecia están remando en la otra dirección: implementaron la «Ley Georgiadis», que permitiría una semana laboral de 6 días y hasta 48 horas a la semana para ciertas industrias.

Más no siempre es mejor

El gobierno griego dice que está buscando dinamizar la economía, asumiendo que trabajar más es producir más. Sin embargo, varios de los análisis de los países que están reduciendo las jornadas han demostrado que es todo lo contrario: la gente rinde menos cuando está ‘eplotá’. Como te contábamos en este Brifin, las jornadas de 4 días han demostrado ser como mínimo igual de productivas. Para completar, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabajar más de 40 horas a la semana podría perfectamente salir en un anuncio de esos de la Ley 42-01, porque «puede ser perjudicial para la salud».

Lo otro que buscan los griegos es reducir la informalidad, porque mucha gente tiene que buscársela con picadas informales para completar el dinero que necesita cada mes. Entonces, la idea del gobierno es que, en cambio, ese tiempo extra se lo dediquen a su trabajo formal, y así pagan impuestos. La otra alternativa sería tener un segundo contrato de trabajo de hasta 5 horas diarias, además de su trabajo normal de 8 horas. Para que la gente sienta que vale la pena, el día adicional de trabajo (el sexto día) debe ser pagado un 40% más caro, y si el día es domingo o festivo, entonces deberá ser un 115% más.

¿Y si no quiero?

Eso es lo que muchos trabajadores dirán ahora, entendiendo que el problema está en la productividad y en la falta de personal, y no se soluciona trabajando más. De inicio tienen la opción de decir que no, pero eso podría traer otros problemas como el miedo a ser despedido por no aceptar. 

Por el momento solo se tienen que preocupar por eso los que trabajan en industrias de operación continua como la de fabricación de automóviles, que funcionan 24 horas al día. Pero el resto de las empresas también pueden adoptar la jornada de los seis días, si se les acumula demasiado trabajo (también queda sujeto a interpretación). Sectores como el turismo y la hostelería ya tienen sus propias condiciones, o sea, que no aplican.

Imagen del día

Lo que ves en esta imagen es el «sándwich de chola» más grande del mundo. Y antes de que te pongas de mal pensado, se trata de un plato típico de la ciudad de La Paz, en Bolivia, que tiene lonjas de jamón de cerdo horneadas, escabeche de verduras, pimiento (o ají) rojo molido y chicharrón. No se ve dique bonito, pero tampoco es para tener amores con él… total, la barriga no tiene ojos.