¡Buenos días!
Hoy es miércoles 5 de febrero

Antes todo era difícil. Ahora, con un clic, tenemos comida, entretenimiento, pareja y hasta terapia virtual. ¿El problema? Según la psiquiatra Anna Lembke, esta sobreabundancia de placeres nos está convirtiendo en zombis de dopamina, atrapados en la comodidad pero cada vez más vacíos. Lo que hacían nuestros padres y abuelos por obligación, parece que ahora tendremos que hacerlo por terapia.

¿Querían tema?

Hoy en la tardecita llega Marco Rubio a RD, después de su paso por varios países del área. Seguro se reúne mañana temprano con el presidente Abinader, y no hay que ser Einstein para saber que el tema principal será Haití. Incluso lo de los programas y ayudas que ha frenado Trump, como la USAID, es más importante para RD por lo que representa eso para Haití que por lo que representa para nosotros mismos.

Si el presidente Abinader tenía pensado pedirle a Rubio que vuelvan a poner esas ayudas para evitar una crisis todavía mayor en Haití, pues ahora tiene que prepararse para una conversación muy diferente, porque ayer el gobierno de Trump mandó a frenar los fondos para la misión multinacional. Una misión que desde el principio Kenia ha estado llevando a medio gas, porque solo ha llegado una parte de los fondos. EE. UU. es el que más dinero he puesto y ha prometido, o sea que si ese flujo de dinero se corta, la misión simplemente no podrá continuar.

Lo que ha quedado claro es que lo que se viene haciendo no es suficiente, porque las bandas siguen controlando gran parte del territorio. Lo grande es que don Barbecue tiene Puerto Príncipe frizado desde hace varios días, pues viene amenazando con nuevos ataques en varios barrios. Lo bueno es que avisa; lo malo es que se paralizan las escuelas y los negocios, porque nadie va a salir a la calle a buscarse un tiro mal puesto.

¿A cambio de qué?

Si la visita de Rubio tiene la misma dinámica que sus visitas a los otros países y las decisiones que ha tomado Trump, lo que hicieron fue darnos el fundazo primero para que entonces nos sentemos a negociar. Hace unos días Rubio estuvo en Panamá, donde después de amenazar con cogerles el canal, ya el presidente panameño se comprometió a «reducir» la influencia de China en el canal y a otras cositas. Antes de ayer estuvo en El Salvador, y salió de ahí con una promesa de Bukele de recibir en sus cárceles a criminales peligrosos deportados desde EE. UU., aunque no sean salvadoreños. No sabemos qué más le pidieron a Bukele, aparte de su «simpatía» confesada por Trump y su gobierno.

Si a nosotros nos están metiendo presión para mantener o aumentar las ayudas con la crisis de Haití, habría que ver entonces qué pedirán a cambio.

Y una cosa llevó a la otra 

El debate sobre atender partos de mujeres extranjeras en el país sigue intenso. Aunque hay algunos grupos que quieren que se deporten una vez den a luz, el gobierno está evaluando opciones menos agresivas para ver cómo se distribuyen los recursos públicos sin desproteger la atención médica. Una de las alternativas es cobrar por los servicios hospitalarios a las extranjeras cuando se trate de partos programados. La idea sería mantener la gratuidad solo para emergencias, para que el Estado no vaya tan forzado. 

Los números están complicados

En 2024, el país registró alrededor de 93 mil nacimientos en hospitales públicos, de los cuales 33 mil fueron de madres haitianas. Eso significa que uno de cada tres partos fueron de mujeres extranjeras. En hospitales como el de Verón, la cifra es aún más impactante: el 92 % de los partos son de madres haitianas.  

Económicamente, esto pesa. Se estima que atender estos nacimientos le cuesta al Estado unos 360 millones de dólares al año. Para 2025, el presupuesto de Salud Pública ronda los 80 mil millones de pesos, y entre un 10 % y 14 % se destina exclusivamente a este tema.  

Además, 9 de cada 10 complicaciones que hay en partos son de madres haitianas porque muchas no vienen con las condiciones de salud óptimas. Mientras más complicado es el parto y el posparto, más le cuesta al país. 

Ahora sin ayuda

Si las bandas van a seguir controlando Haití a su antojo, y para completar dejará de llegar la ayuda humanitaria de la que depende tanta gente por allá hasta para comer, lo que significa eso para nosotros es que los intentos de cruzar de manera ilegal para este lado van a aumentar. Lo difícil será encontrar un punto medio entre garantizar servicios esenciales y evitar que el sistema colapse financieramente. Mientras tanto, el debate sigue caliente.

Imagen del día

Las autoridades locales de Moca se pusieron para los mal parqueados, y parece que no están perdonando a nadie. Ni a la Policía.