¡Buenos días!
Hoy es martes 6 de febrero

Y en un país donde le preguntaron al presidente su opinión sobre el secuestro de un mapache, no debería sorprendernos que un periodista le preguntara al presidente si tenía alguna información sobre unos supuestos ovnis que andan merodeando la zona. Abinader dice que no sabe, pero que va a averiguar. ¿Tú que le preguntarías al presidente de la República si tuvieras la oportunidad?

Cuidemos la cabeza

El domingo por la noche, un joven se metió a to lo que da en su yipeta al Palacio Nacional, no sin antes llevarse de lleno dos de los portones metálicos que siempre están cerrados. Dos guardias de los que cuidan el primero de los portones salieron heridos, y el joven también.

Desde la Presidencia dijeron que comenzaron a averiguar si se había metido alguna sustancia rara, porque está claro que nadie haría algo así estando en su sano juicio. Aunque lo del sano juicio no debería estar en duda después de que él dijo que hizo eso porque Dios lo mandó. La familia después confirmó que él está teniendo unos problemitas de salud mental, aunque nunca se había ido a un extremo.

Un choque de realidad 

La decadencia de la salud mental es un tema en todo el mundo, pero aquí como que nos hemos quedado más dormidos de la cuenta. A pesar de que tenemos unos números que no son muy allá que digamos, porque se estima que 2 de cada 10 dominicanos tienen algún tipo de trastorno mental; y en el caso de los adolescentes, el número andaría por un 17 % (el 4to más alto de toda América Latina y el Caribe, solo por detrás de Brasil, Haití y Guyana). 

Según un informe de la OMS, los trastornos más comunes son: ansiedad, de la que sufre un 5.7 % de toda la población, y depresión, que afecta a un 4.7 %. Después va el abuso de sustancias, luego el trastorno de bipolaridad, y por ahí María se va. Pero ojo, que estos números son de antes de la pandemia, y después de eso fue que la cosa se puso grave de verdad.

Directo al Palacio

Por eso resulta más llamativo que RD esté entre los pocos países de la región que invierten menos de un 1 % de su presupuesto de salud en la salud mental. En consecuencia, aunque el Servicio Nacional de Salud (SNS) dice tener unos 3000 psicólogos y 160 psiquiatras, no son suficientes ni de casualidad. Además, la mayoría de ellos trabaja en la capital y Santiago. 

Quienes quieran ir a un centro privado, tienen que flojar un billete. El seguro debería cubrir esto, no solo por lógica, sino porque lo dice la Ley que creó el Sistema de Seguridad Social (87-01), pero la cobertura en salud mental es tan poca que uno se pone loco de pensarlo. Para completar, en el país entero las camas para pacientes de salud mental no llegan ni a 120, cuando los estándares dicen que debería haber 6 camas por cada 100 mil habitantes (unas 600).

¿Y entonces?

Como pasa con muchos otros temas, esto no ha sido prioridad. En el 2019 se lanzó un Plan Nacional de Salud Mental de 3 años, que era lindísimo porque hablaba de descentralizar servicios y enfocarse en los derechos humanos de los pacientes, todo eso acompañado de unas estrategias de prevención y rehabilitación. Pero ahí se metió la pandemia y vaya a ver usted dónde quedó ese plan. Paradójicamente, la misma pandemia convirtió el problema en uno de mucho mayor gravedad.

Ni en las oficinas de Elon

A cada rato uno ve cómo incautan todo tipo de cosas de las cárceles, desde celulares hasta routers de internet. Pero donde llegaron los presos de La Victoria (la del viejo modelo) no se había visto nunca. La Procuraduría dijo que después de unas «labores de inteligencia», encontraron como 12 parábolas de Starlink y varios repetidores. Ni tan inteligentes fueron las labores, porque estaban en el techo, pero bien, parece que nadie había subido ahí nunca (excepto los presos). 

Por si no lo sabías, Starlink es el servicio de internet satelital de Elon Musk, que tiene la gran ventaja de que puede llegar a lugares donde los servicios convencionales no llegan. Está disponible en RD desde hace un tiempecito, y la última vez que chequeamos costaba unos 99 dólares al mes. Por supuesto, los presos no lo pagaron, sino que buscaron la manera de echarle mano a unas parábolas que pertenecían a una empresa privada.

Con ustedes, la central de telecomunicaciones de los presos de La Victoria:

No es para TikTok

Bueno, seguro que los presos suben sus videítos, pero eso se puede hacer con cualquier internet. Estos «centros de alta tecnología» los instalan principalmente para hacer ciberestafas, que usualmente no son tan sofisticadas. Puede que aparezca uno que otro preso que sepa hacer un phishing como NO manda la ley, pero la mayoría son para pedir recargas o intentar vender un artículo o servicio ficticio. 

Claro, eso es solo refiriéndose a ciberdelitos, porque siempre han existido cosas como vender drogas o mandar a matar, extorsionar o amenazar a alguien desde las cárceles. Pero realmente la lista de ítems en el catálogo es muy amplia y variada, pues hubo de todo entre las más de 160 mil denuncias de ciberdelitos registradas en el 2022. Del 2023 no tenemos los datos, pero deben ser muchas denuncias más porque ese «negocio» está creciendo cada año como la espuma en cerveza caliente. 

¡Fácil! Tumben la señal

Eso se viene pidiendo aquí desde antes de que Cuca aprendiera a bailar, pero esta es la hora en la que no se ha hecho nada definitivo. Domínguez Brito dizque instaló un sistema de bloqueo de señales en Azua; Jean Alain llevó una ley al Congreso que buscaba lo mismo, y ahora también han seguido tratando. Hace unos días, el director de Prisiones dijo que es que no se ha podido porque las cárceles están en áreas pobladas, entonces no es como que nada más se le puede quitar el internet al pedacito donde está la cárcel, sino que hay que quitarlo en toda la zona. 

OK que no se ha podido, pero en este caso no hubiera funcionado para nada tampoco, porque el internet satelital no coge esa. Ahí lo que habría que preguntarse es cómo los presos lograron meter todas esas parábolas a la cárcel y después subirlas al techo e instalarlas. O más importante aún, ¿cómo es que nadie las había encontrado?

La cifra del día

25.5 millones de dólares

Lo que perdió la oficina de Hong Kong de una multinacional debido a estafadores que usaron tecnología deepfake, que es cuando usan la IA para crear videos falsos de una persona, usando su cara y todo. Los tígueres le hicieron creer a un empleado que estaba en una videoconferencia con el director financiero y otros ejecutivos. Eran versiones digitales de ellos, pero parecían tan reales que lo convencieron de que hiciera 15 transferencias a unas cuentas bancarias en Hong Kong.