¡Buenos días!
Hoy es jueves 7 de noviembre

«Nos gusta pensar que siempre podemos ser fieles a todo en lo que creemos, pero la parte difícil de tener principios es que, a veces, unos pesan más que otros. Si uno de tus principios es "ganar a toda costa’, entonces realmente no tienes otros principios».

-Seth Godin.

El Día Después

Kamala Harris se presentó en la Universidad de Howard para aceptar su derrota frente a Trump, dejando claro que no se rinde. «Aunque acepto la derrota, no renuncio a la lucha». No desaprovechó para recordar que aceptar los resultados es uno de los pocos principios sagrados de la democracia estadounidense. Este riflazo se lo mandó al Trump del 2020 quien a esta altura de juego nunca aceptó que perdió.

A uté ta bueno que le pase

Eso más o menos dijo Bernie Sanders diagnosticando la derrota de Kamala con este riflazo: «No debería sorprender que un partido demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora le ha abandonado». El tío Bernie lleva años luchando contra la forma de hacer las cosas del partido demócrata, dejó claro que el partido aún tiene una tarea pendiente: conectar con el estadounidense común, ese que quiere cambios reales, menos desigualdad y «justicia económica».

Bernie dice que con la necesidad de un sistema de salud garantizado y esa botadera de cuartos apoyando los conflictos extranjeros como las guerras de Irán y la de Ucrania, parece que los demócratas han estado más ocupados en «consultores bien pagados» que en escuchar a la gente. Quizá por eso, todos los miembros del equipo progresista (Tlaib, Omar, Ocasio-Cortez y Pressley) lograron retener sus asientos porque representan posturas más radicales o cercanas a la clase trabajadora y Kamala quedó frenando en el aro por irse más tibia.

Vamos al dinero 

Bitcoin no perdió un segundo para celebrar la victoria de Trump y subió de $69 000 a casi $76 000, mientras que Wall Street se movía como el muchacho de campo al que le llegó un primo de Nueva York. El Dow Jones, el S&P 500 y hasta el Nasdaq dieron su subidita. ¿La razón? Se esperan menos regulaciones, menos impuestos y más apoyo a todo lo que huela a criptomoneda y tecnología. Y no solo Elon Musk salió ganando, Trump Media (dueña de su red Truth Social) subió hasta un 25%, aunque luego tuvo una caída que borró casi toda la ganancia. Esto no se sabe si es suerte o tigueraje de la gente metiendo los cuartos en la compañía del presidente. 

Pa que tú vea

Entre tanto radicalismo y un clima electoral donde los temas trans han sido atacados sin pausa, hay historias que rompen el molde. Sarah McBride se convirtió en la primera congresista trans de EE.UU.

Aún así, el Partido Repúblicano ahora cogió el control del Senado y todavía tiene chance de ganar la Cámara de Representantes. El asunto con esta última es que todavía faltan muchos votos por contar, y estados como NY y California son lentos en eso. En el 2016 Trump ganó y comenzó con control total del congreso, aunque perdió la Cámara en el 2018, y el Senado en el 2020, junto con la presidencia. 

Y como nunca se puede perder la esperanza, Maduro dijo sobre Trump «en su primer Gobierno, presidente reelecto Donald Trump, no nos fue bien. Este es un nuevo comienzo para que apostemos a (una relación) ganar-ganar y le vaya bien a Estados Unidos, y le vaya bien a Venezuela».

¿Esa barriga es de cerveza?

La Cámara de Diputados ha decidido que uno de los temas más urgentes ahora el país es evitar que las embarazadas se beban un trago. Con un proyecto firmado por 30 legisladores y liderado por el diputado del PRM Juan José Rojas, la propuesta busca multar, «reeducar» y hasta rehabilitar a las mujeres embarazadas que se atrevan a consumir alcohol. Porque, evidentemente, la solución para un problema de salud pública es la penalización total y la vigilancia a gran escala.

Ah no, no es de cerveza

Aquí no se sabe cómo lo harán, porque vigilar el consumo de alcohol en mujeres embarazadas requiere un nivel de supervisión casi imposible de aplicar sin invadir la privacidad. Identificar, vigilar y sancionar de manera efectiva a esta población sería más que un reto logístico, un reto ético. Si finalmente logran saber que una mujer embarazada se bebió un trago, será enviada a un programa de educación obligatoria, como si estuviera en una escuela de castigo para adultos. Y si repite en la bebedera (o sea, si le dan seguimiento y la sorprenden de nuevo), la enviarían a un programa de rehabilitación impuesto por el Ministerio de Salud Pública, como si fuese la villana de una película de control estatal.

Los detectives del útero

La propuesta no solo ataca a las embarazadas, sino también a los bares y colmados que se atrevan a venderles alcohol. Si un local reincide en esta gran ofensa, podría enfrentarse al cierre definitivo, porque, claro, ahora los bartenders y dependientes deben convertirse en detectores profesionales de embarazos. Porque claro, si los van a multar y cerrar por vender alcohol a embarazadas, se supone que los encargados deberían asumir la responsabilidad de identificar quién está embarazada y quién no. Bueno, tú sabes, si tienes el cuerpo en el que no se identifica bien si estás embarazada, cuando viene a ver tendrás que salir con una prueba de embarazo.

¿En qué se basan?

Pues en que República Dominicana, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene altos índices de consumo de alcohol en la región. Aunque eso es en sentido general, a los legisladores parece que no les quedó de otra que controlar a un grupo específico, a la minoría visible.

Regular el comportamiento de las mujeres embarazadas suena como una buena idea en teoría, hasta que nos preguntamos qué otros hábitos personales podrían regularse después. Hoy es el alcohol, mañana podrían ser los alimentos o cualquier otro hábito que se considere «de riesgo».

Imagen del día

La cifra del día

Los porcentajes

A ti que te gustan los números, vamos allá: Los latinos representaron el 15% del electorado en EE.UU., con Kamala Harris ganando el voto femenino (53%) y el apoyo de los jóvenes (54% entre 18-29 años), mientras que Trump dominó entre los hombres (55%) y los menos jóvenes de 45 a 64 años (54%). Las mujeres latinas se fueron con Kamala (63%), pero los hombres latinos se fueron con Trump. Por cierto, Trump también obtuvo un fuerte respaldo entre los votantes sin título universitario (56%). Pero fíjate, solo el 7% de las mujeres negras votaron por él. La participación de minorías fue baja: 11% en votantes negros y 12% en hispanos, pero los blanco sí salieron a votar con el 71% de participación.