¡Buenos días!
Hoy es viernes 15 de noviembre

Pintamos toda la casa… Y luego vimos un minimarket VIP en La Victoria. Sin ánimos de matar el espíritu emprendedor, en un operativo sorpresa, las autoridades destaparon un minimarket en la cárcel donde los reclusos podían conseguir desde tragos hasta estimulantes sexuales, cortesía de algunos oficiales de la Policía Nacional. Todo bien organizado y premium en un almacén del comedor. Según las fuentes, hay oficiales de alto rango y subalternos involucrados, pero, curiosamente, no han detenido a nadie. 

Los tres pilares

Si preguntas por ahí cuáles son los tres servicios básicos más importantes, probablemente la respuesta más frecuente será salud, educación y seguridad. La luz y el agua también, pero ya nos hemos acostumbrado a que nos falten. En fin, hablemos un poco de la situación actual de esos tres pilares.

La salud:

O la falta de ella, más bien. Hacía meses que el Colegio Médico estaba tranquilo y no se iba a huelga, pero eso era porque el gobierno les había prometido un aumento de salarios. Resulta y viene al caso que el dinero para ese aumento saldría de la «modernización fiscal», así que ahora se quedaron jalando aire.

De hecho, el llamado a huelga era para esta semana. Pero el presidente invitó a don Colegio Médico, Waldo Ariel Suero, a pasar por el Palacio para ver si llegaban a algo. Eso fue el miércoles por la noche, y Waldo salió de ahí con una cara que decía algo así como «si andan buscando a Waldo, lo van a encontrar».

Y sí: la huelga va, pero ahora por 4 días en vez de 3. Será desde el martes 19 hasta el viernes 22, en todos los hospitales y centros y subcentros de atención primaria. Como siempre, se comprometieron a atender solamente las emergencias y los pacientes críticos. 

Este nuevo tira y jala promete ser largo y tendido, porque los médicos arrancaron pidiendo un 70% de aumento y el gobierno se trancó a banda en 10%. Como en todas las negociaciones de la historia de los gremios, las negociaciones siguen «abiertas» y al final terminarán en un punto medio. Para después volver a negociar otra vez, y así hasta el final de los tiempos. Y mientras tanto, los dominicanos en apuro sin saber en qué momento se quedarán sin el servicio básico de salud.

La educación:

Otros que nunca saben cuándo se van a quedar sin acceso a la educación son los niños. En los últimos días, miles de niños han estado sin clases por días completos por la huelga de varios grupos de profesores. Solo en Santiago hubo huelgas en al menos 63 escuelas el pasado miércoles. También está lo de la escuela de Mao, donde los profesores protestaron porque les pidieron que cumplieran el horario. Y cómo no hablar de lo que está pasando en una escuela de Navarrete, donde ya van dos días que los perremeístas no dejan que se dé clases, porque nombraron como directora a una profesora que no pertenece a su partido. O sea, el regreso triunfal del comesolismo.

Lo grande es que los profesores se están pasando por el forro una sentencia del 2019 del Tribunal Constitucional, que establece jerarquías entre el derecho a la educación y el derecho a la huelga. Dijeron los jueces que la ADP vulnera el derecho de los estudiantes al convocar esas huelgas repentinas, y que ese derecho a la educación es prioridad sobre su derecho a la huelga. Que no es cuando ellos quieran y por lo que quieran, tampoco.

Aunque estén violando sentencias y dejando a los niños sin clases, al menos esos iban o van a las escuelas. No como los 627 que el Ministerio botó entre diciembre del año pasado y agosto de este, en su mayoría por ser botellas. A otro 20% los botaron por otras cosas ya más graves, como narcotráfico o acoso sexual. Pero esos que eran botellas son muy amenos, porque estaban nombrados con salarios de entre 70 y 90 mil pesos, pero nunca iban a dar clases. Es más, trabajaban en otras cosas y a algunos hasta vivían fuera del país. Y para que nadie se diera cuenta, mandaban a otras personas a «dar las clases» que les tocaban, y les pagaban entre 6 y 9 mil pesos mensuales por la izquierda.

La seguridad:

Cuando uno piensa en la seguridad de un ciudadano, piensa en la protección ante la delincuencia y el crimen. Pero seguridad es también que el ciudadano se sienta protegido de abusos, negligencia y maltratos. Eso es especialmente sensible e importante en el caso de niños que son enviados a cualquier institución a recibir educación, cuidado o entrenamiento.

Por eso es importante hablar de la muerte del niño Ismael Ureña, de 14 años, que estaba entrenando en la Yordy Cabrera Baseball Academy, en Santo Domingo Este, para prepararse para tratar de llegar al béisbol profesional. A Ismael le inyectaron un esteroide que se llama Bodedone, que se le pone a los caballos para mejorar su rendimiento. Hay una versión para humanos, pero en niños es peligroso e ilegal. A sus dos hermanos también los inyectaron, y aunque están vivos, dice la familia que quedaron con secuelas.

Ahora está detenido y esperando acusación formal el expelotero Yordy Cabrera, el entrenador dueño de la academia. Pero lo peor de esto es que, aunque una muerte ya es un desenlace poco común, el uso de esteroides en los peloteros jóvenes dominicanos es común. De hecho, en el mundo del béisbol a ese esteroide se le conoce como «caballín». Algunos entrenadores lo usan porque mientras más lejos llegue el muchacho y más dinero gane en su carrera, mejor les irá a ellos. Y ante la falta de regulación y de supervisión, la víctima casi siempre es el niño que se quiere convertir en pelotero.

Imagen del día

La Policía Nacional, demostrando celeridad en las investigaciones, ha recuperado en La Vega un Mazda del 1987 que reportaron como robado hace 21 años.