¡Buenos días!
Hoy es viernes 20 de septiembre

¿Qué tienen en común Tekashi, Quirinito, César el Abusador y Figueroa Agosto? Que ninguno sabe cantar y que todos pudieron salir del país sin que las autoridades se dieran cuenta. Bueno, estamos claros que algunos se dieron cuenta, ¿verdad? Pero hoy es viernes y es mejor no darle mente a que por la frontera entra y sale el que tenga el dinero para hacerlo. Café.

Tener tus ojos debe ser ilegal

Como ilegal es la decisión que estaría tomando el presidente Abinader si finalmente pone a Agustín Burgos como sustituto de Kelvin Cruz en la Alcaldía de La Vega, según abogados y la oposición. Después de casi un mes sin dar señales de vida, la cúpula del PRM decidió nominar al diputado Burgos para que el presidente finalmente decida si hace la designación. Bueno, realmente propusieron una terna (3 candidatos), pero los otros dos están de relleno. 

¿Y cuál es el tranque?

En una situación normal, el sustituto sería el vicealcalde y muerto ese abejón. Pero en este caso, la vicealcaldesa electa renunció desde que a Kelvin lo nombraron en el Ministerio de Deportes. Entonces, hay una Ley que regula los municipios (la 176-07) que en su artículo 64 dice que el Concejo Municipal debe nombrar al secretario general del Ayuntamiento u otro funcionario para que tome el puesto de manera provisional. En agosto fue nombrado el secretario, Joel Martínez, así que hasta ahí vamos bien.

La misma ley, en el mismo artículo, dice que el Concejo deberá pedirle al presidente la designación del nuevo alcalde definitivo. Eso se basa en el artículo 55.1 de la Constitución del 2002 —la que estaba vigente en el momento de aprobación de la ley— que decía que el presidente tenía la facultad de llenar vacantes que ningún otro órgano del estado podía llenar. Perfecto, pero en la Constitución del 2010 esa potestad del presidente desapareció, para darle más autonomía a los municipios.

¿Y entonces?

Nada, si el presidente hace la designación de Agustín, lo más probable es que eso termine en el Tribunal Constitucional. Pero según los argumentos en contra de que pueda hacerlo, Joel Martínez tiene que quedarse ahí hasta que haya nuevas elecciones.

Y ahora

Vamos a hablar de Tekashi 6ix9ine, pero no en tono de faranduleo porque para eso hay otras maneras de enterarse, sino como alguien que tenía un impedimento de salida del país, y de repente apareció en Miami. 

69 problemas

Bueno, no tantos, pero Tekashi, que realmente se llama Daniel Hernández, tuvo un par de líos con la justicia dominicana recientemente. Entre el año pasado y principios de este año le pusieron varias medidas de coerción, incluyendo impedimento de salida y presentación periódica. Pero, oh sorpresa, en junio apareció él desde Miami de lo más bien.

Pasan los meses y nadie le hizo caso a eso, pero entonces hace un par de días el rapero dijo que cruzó a Haití por Dajabón de manera ilegal, y de ahí se fue para Miami porque los jueces dominicanos le estaban pidiendo cuartos: 120 mil dólares para resolver un caso en La Vega, y 200 mil dólares para otro en la capital. 

Aquí hay dos denuncias a la clara: una es de chantaje de la justicia, que aunque es grave, él podría estar hablando embuste (aunque dice que tiene pruebas). Y la otra es que pudo salir del país a pesar de tener impedimento de salida. No es la primera vez que pasa, pero vuelve a traer el tema de lo débiles que son nuestros controles migratorios.

Dime a quién apoyas, y te diré cómo es tu cerebro

En medio de tantas discusiones sobre política, probablemente has escuchado a alguien decir que los votantes de izquierda y derecha «parecen de otro planeta». Bueno, según la ciencia, por lo menos en una parte del cerebro puede haber una ligera diferencia.

Un estudio reciente con escáneres cerebrales que publicaron en iScience nos dice que realmente hay pequeñas diferencias en el cerebro de personas con inclinaciones políticas conservadoras (de derecha) y liberales o progresistas (izquierda). Pero antes de que saques conclusiones radicales, no estamos hablando de cerebros completamente distintos, solo de sutiles variaciones que podrían influir en cómo procesamos ciertas emociones y decisiones.

La amígdala: El centro del miedo (y del conservadurismo)

Resulta que los votantes conservadores suelen tener una amígdala un poco más grande. ¿Más grande es mejor? No necesariamente. La amígdala es una parte del cerebro que procesa el miedo y las emociones negativas. Eso pudiera explicar por qué los conservadores parecen más preocupados por temas como la seguridad, el orden, y que no les saquen las vainas que siempre ha sido así. La posible explicación científica es que su amígdala es más sensible al peligro. O sea, tienen más espacio para sentir temor, tristeza o cualquier cosa que huela a amenaza. 

El ACC: Lo que no tiene que ver con los liberales (al menos no mucho)

Por otro lado, anteriormente se habían hecho estudios que decían que los liberales tenían otra área del cerebro más grande: el córtex cingulado anterior (ACC). Esta área ayuda al cerebro a detectar errores, resolver conflictos y regular emociones. El ACC monitorea nuestras acciones para asegurarse de que estén alineadas con nuestros objetivos, facilitando la toma de decisiones, la resolución de problemas y el control de impulsos. Además, el ACC está involucrado en la regulación del estrés y la empatía, por eso es clave para manejar la incertidumbre y las emociones. 

El tema es que esto supuestamente les daba más flexibilidad a los conservadores para adaptarse al cambio y manejar la incertidumbre. Peeeeero… este nuevo estudio no encontró evidencia sólida de eso, solo algunos casos aislados y no tan grande la diferencia en el tamaño. Así que, si eres de izquierda, podrás tener otras cosas más grandes, pero no deberías presumir de tener más ACC que los demás, lo sentimos por ti.

Pequeñas diferencias, grandes malentendidos

Ahora, antes de que te pongas a dividir a la población en dos tipos de cerebros, es importante recalcar que estas diferencias son muy pequeñas. Así hay otras diferencias que parecen interesantes, pero que los científicos no se atrevieron a llegar a una conclusión. No estamos hablando de que un lado tenga cerebros de alienígenas y el otro de humanos. La ciencia solo sugiere que la forma en que procesamos ciertas emociones puede estar ligeramente relacionada con nuestras inclinaciones políticas.

Para que no te vayas en una, esto no significa que puedas culpar a tu amígdala por tus creencias políticas, ni decir que tu amigo liberal o conservador simplemente tiene otro cerebro. Además, hay muchos factores como la educación, la crianza, las experiencias y el entorno que influyen en las inclinaciones y decisiones políticas.

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