¡Buenos días!
Hoy es miércoles 27 de noviembre

Hay un momento para partir, incluso cuando no hay un lugar seguro a donde ir.

-Tennessee Williams.

El toro, por los cuernos

La gente de la Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de Vivienda (Acoprovi) tiró ayer una plataforma que se llama «Construyendo RD». Lo que buscan con esto es básicamente «dominicanizar» la mano de obra del sector construcción, ahora que las deportaciones masivas los están dejando cortos de personal. Eso podrá sonar medio raro, pero no es un relajo porque hasta el presidente fue a esa actividad.

Como huella en el camino, como arena el coral

Las construcciones locales necesitan que los dominicanos cojan trabajos en la construcción. Para eso hay que pagar bien y darle buenas condiciones a la gente, pero lo primero es que aprendan el oficio. Por eso, la plataforma incluye tres acciones principales:

• Formación técnica: preparar programas, talleres y cursos especializados en la construcción.

• Becas e incentivos: darán préstamos o becas para que la gente pueda prepararse.

• Conexión con empleos: buscarán conectar a los trabajadores capacitados con las empresas que tengan ofertas de empleo.

Quisqueyanos, valientes

Esto quiere decir que las deportaciones seguirán, y que el gobierno no piensa dejar que la cantidad de haitianos dispuestos a trabajar en construcción vuelva a los números en los que estaba. Pero la construcción —y también la agricultura, donde según el presidente vienen con planes similares— tendrá que aguantarse, porque no es de un día para otro que se prepara tanta gente. De todas maneras, esto tendría una importancia mayor a mediano y largo plazo.

Un equilibrio delicado

El Poder Judicial anunció hace unos días una nueva política de protección de datos para las personas que están metidas en casos judiciales. Básicamente, todos los tribunales del país tendrán que revisar las sentencias antes de publicarlas, para quitar o modificar cualquier dato personal que pueda servir para identificar a una persona, y que esta pueda sufrir acoso, discriminación o hasta robo de su identidad. Los datos podrían ir desde nombres, direcciones o números de cédula, hasta datos financieros o de salud.

De acuerdo con el Poder Judicial, esta política protege la dignidad y privacidad de las personas sin comprometer la transparencia ni la libertad de prensa. Dijo Luis Henry Molina, el presidente de la Suprema, que la medida está alineada con estándares internacionales y busca prevenir que la digitalización se convierta en una amenaza para los derechos fundamentales. Es decir, que se busca un balance entre la privacidad y la transparencia de la información pública. Por eso, los expedientes se seguirán publicando normal, pero algunos datos puede que no estén disponibles. 

Estos sí

Los datos que siempre tendrán que verse son estos:

• Datos identificativos de jueces, fiscales y abogados. Claro, porque  la normativa no aplica para ellos.

• Personas jurídicas. Como esto es para la gente, las empresas u organizaciones no están protegidas por la política de anonimización.

• Publicación exigida por ley. Es decir, que si una normativa específica requiere la divulgación de ciertos datos personales, estos se incluirán en las decisiones publicadas.

• Interés público. Si el caso se justifica bien, la Suprema puede autorizar la publicación de datos personales, evaluando si todos los datos son necesarios o si basta con incluir algunos de ellos.

Sí, pero no

Varias organizaciones se quejaron de esta nueva política, empezando por la Sociedad Dominicana de Diarios (SDD) y Participación Ciudadana. Aunque se supone que la política busca proteger principalmente a víctimas de casos de trata o de violencia intrafamiliar, o menores de edad y otras personas vulnerables, les preocupa que esto pueda poner más difícil investigar sobre casos de corrupción, crimen organizado y otros delitos de interés público.

Otra cosa es que los jueces son quienes decidirán cuáles datos se pondrán y cuáles se quitarán, entonces ese poder podría ser usado arbitrariamente para esconder cosas a conveniencia. Y aunque la política menciona la posibilidad de mantener datos en casos de interés público, no define de manera concreta cómo se evalúa este criterio, y esto todavía pone más chivos a los periodistas e investigadores.

Por eso, las organizaciones que se han quejado entienden que es una amenaza a varios derechos consagrados en la ley, como el acceso a la información, a que los juicios sean públicos y a que las sentencias sean publicadas tal como fueron redactadas.

Haina began to grind

Ahora que Trump terminó de armar su gabinete, ya se puso a darle forma a las políticas que piensa implementar de una vez. Arrancó ayer anunciando que el mismo primer día en la Casa Blanca pondrá aranceles (impuestos de importación) a los productos fabricados en México, Canadá y China. Sería un 25% a los productos mexicanos y canadienses, y a los chinos se la piensa poner en China con un 10% adicional (35 % en total).

¿Protección o presión?

Trump siempre ha dicho que estos aranceles son para proteger a las industrias norteamericanas de la competencia más barata que llega de fuera. Pero ahora justificó los aranceles diciendo que esto es una respuesta al tráfico de drogas y la inmigración ilegal hacia EE. UU. ¿Qué tiene que ver China con todo eso? Bueno, que dice Trump que los cárteles mexicanos compran materia prima china para fabricar los opioides sintéticos, especialmente el fentanilo.

El Donald dice que estos aranceles se mantendrán hasta que esos países tomen medidas más fuertes para detener el flujo de drogas y gente hacia EE. UU. Pero a ellos no les cayó muy bien el anuncio. La presidenta mexicana, por ejemplo, dijo que los problemas de migración se resuelven hablando, no con amenazas. Y que cada uno de los países tendrá que responder con medidas similares, lo que llevará a una guerra comercial que no ayudará a nadie. China y Canadá coincidieron en eso último.

¿Es verdad que no ganará nadie?

El tiempo dirá. Trump y su gobierno insisten en que poner los productos de fuera más caros ayudará a que se consuman los productos locales, y eso generará empleos y fortalecerá las fábricas de sectores como el automotriz y el tecnológico. Pero algunos piensan que podría salirle el tiro por la culata, porque los aranceles se terminan trasladando a los consumidores, que al final terminarán comprando más caro, sea el producto gringo o fabricado fuera.

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