Jazz ta bueno

Hoy nos vamos musicales, un sábado melancólico. Hablemos del jazz.

A pesar de que el origen exacto del término «jazz» aún es objeto de debate, sí sabemos que la primera vez que se utilizó este término fue en una reseña de 1913 del extinto periódico San Francisco Bulletin. Algunos dicen que el nombre viene de un músico llamado Jasbo Razz; otros piensan que viene del africano «jaiza» que significa «el que seduce»; y otros más entienden que el nombre se lo pusieron por el término criollo «jass» que significa «excitar».

¿De dónde salió?

Este tipo de música con raíces africanas, nace como desahogo y forma de rebelión a la esclavitud. En los últimos años de la represión en EE. UU., los esclavos buscaban continuar su tradición y como eran obligados a tocar y escuchar ritmos europeos, pues ellos los adaptaron a su estilo tradicional.

A pesar de las discrepancias entre los autores e historiadores sobre el origen del término y las fechas exactas, todos coinciden con la casa: Nueva Orleans, EE. UU.

Entre mediados y finales del siglo XIX, el jazz comenzó a nacer en esta ciudad del estado de Luisiana, mientras iban creciendo los nuevos «criollos», o los hijos de franco-españoles dueños de plantaciones y sus esclavas. Estos niños tenían acceso a aprender sobre la música clásica y al mismo tiempo mantenían las raíces africanas y sus tradiciones musicales. Así el jazz comenzó a moldearse teniendo como antecesores al blues y el ragtime.

Nació oficialmente el jazz

A principios del siglo XX comenzaron a sonar las primeras agrupaciones de jazz, que se caracterizaban por darle un twist a los géneros más comunes entre las comunidades afroamericanas —blues y ragtime— y añadirle instrumentos de metal. Así los OGs —Original Gangsters— del jazz comenzaron tocando con banjo, guitarra, tuba y percusión pero añadiendo melodía con trombón, clarinete, piano y violín.

Y si hablamos de los inicios del jazz, tenemos que hablar de Charles “Buddy" Bolden. Este genio de la corneta nació como criollo en Nueva Orleans y aunque en sus inicios tocaba blues, cuando formó una banda a principios de 1900, acompañado del percusionista Cornelius Tilman, haciendo improvisaciones, amasaron los primeros temas de jazz. El único detallito es que aunque Buddy fue un genio musical y dejó recuerdos escritos de sus patrones musicales, no podemos escuchar su música porque terminó en un hospital psiquiátrico la mayor parte de su vida por tener esquizofrenia, ser alcohólico y tener carácter violento.

Luego de Buddy aparecieron muchos músicos diciendo haber iniciado sus bandas mucho antes y de haber conocido el jazz desde años atrás. Pero, de lo que sí tenemos constancia es de que varios artistas grandes comenzaron a aparecer, entre ellos los famosos cornetistas Manuel Pérez, King Oliver y Freddie Keppard y el trompetista Louis Armstrong; y también salió el 26 de febrero de 1917, la primera grabación publicada de jazz, hecha por la Original Dixieland Band.

El jazz de los blancos

Es notable que la Original Dixieland Band, compuesta por músicos blancos que habían desarrollado un interés en el jazz, fue la primera en grabar en este género. Esto se debió a que los músicos negros originales se abstuvieron de grabar con la intención de proteger su estilo único, lo que, irónicamente, permitió que otros se adelantaran.

A partir de ese momento, se comenzó a expandir el jazz a otras ciudades, después de que se cerrara Storyville, el «barrio del jazz» en Nueva Orleans. Las bandas se movieron sobre todo a Chicago y Nueva York. Ahí, los nuevos músicos, o los jazzistas blancos, desarrollaron un nuevo estilo, alejándose de los ritmos africanos y metiendo nuevos instrumentos, como el saxofón.

1930 y su descendencia

Para esta década el jazz dejó de ser música underground y se comenzó a tocar en grandes espacios. Aparecieron las Big Bands con más de 10 músicos y comenzó el estilo swing, con tempos más rápidos y una batería un poco más libre que antes. En este estilo comenzaron a destacarse artistas que se volvieron figuras, como Lester Young y Ella Fitzgerald.

En 1940 aparece el Bebop. Este estilo se conocía como el «jazz de escucha» porque no se creó pensado para bailar, como el caso de los estilos anteriores, sino que estaba hecho para que los músicos exploraran armonías avanzadas. Venía siendo como la época barroca del jazz.

En las décadas siguientes vinieron un reguero de estilos —cool jazz, hard bop, free jazz, post bop, jazz fusion— que consolidaron el jazz en el mundo y lanzaron nuevos artistas. Dizzy Gillespie; Miles Davis; Max Roach; John Coltrane; Ornette Colman, y otros nombres, pusieron al jazz en su “peak”, hasta que en los años 60 el rock tumbó al jazz de su trono y comenzó una crisis.

El jazz: un testimonio de resistencia e innovación

Con su naturaleza improvisada y adaptable, el jazz ha resistido el paso del tiempo, adaptándose constantemente a los cambios del panorama musical. Desde sus humildes orígenes en las calles de Nueva Orleans hasta los auditorios más prestigiosos del mundo, ha dejado una marca imborrable.

A pesar de la crisis en los años 60 con la popularización del rock, el jazz encontró formas de reinventarse a través de nuevos subgéneros como el acid jazz y el jazz electrónico. Hoy, sigue siendo relevante e influyente, con artistas de la talla de Michael Bublé, Amy Winehouse (RIP) y Bruno Mars incorporándolo en su música. El jazz es más que un género musical: es un testimonio de resistencia, innovación y creatividad humana.

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