Bailando con cinco aros

Edición Especial

Bailando con cinco aros

Realmente es difícil bailar hasta con uno, pero vamos a ver por qué los dominicanos deberíamos estar aplaudiendo y bailando. Sin darle muchas vueltas, República Dominicana se ganó el chance de organizar un evento donde estarán los titanes del deporte global: atletas condecorados, presidentes de comités olímpicos, jeques, príncipes, exmandatarios, y hasta la nueva presidenta del Comité Olímpico Internacional (COI), Kirsty Coventry, la primera mujer en 130 años de historia de la institución. 

En la última sesión del COI —celebrada en Grecia— se anunció que Punta Cana será la sede de la sesión #146 en 2027. Y no es una juntadera con pastelitos, quipes y jugo de naranja: es uno de los eventos más importantes del deporte mundial, y por primera vez en más de tres décadas regresa al Caribe.

¿Con COI se come eso? 

El Comité Olímpico Internacional es la máxima autoridad del movimiento olímpico global. El que decide dónde serán los Juegos Olímpicos, qué disciplinas entran o salen del programa (como pasó en París 2024, que añadieron el breakdance y el karate quedó fuera), qué países cumplen las reglas, y cómo se manejan temas como el dopaje, la sostenibilidad y otros asuntos que definen el deporte de hoy y mañana. Es decir, no es un grupo de gente que se junta a hablar de medallas y a quién le toca encender la antorcha.

Si el deporte fuera un país, el COI sería su gobierno. Y la sesión anual es como su congreso.

¿Y qué tiene de grande que venga a Punta Cana? 

Bueno, que somos los mejores y ya. Mentira, vamos por parte: 

  • Le ganamos a potencias como Arabia Saudita, República Checa, Montenegro y Jordania. Y eso no se logra con sol y playa nada más. Nuestra delegación —encabezada por Luisín Mejía, junto a Felipe Vicini, Garibaldy Bautista, Félix Sánchez, Angie Berges, Tuto Guerrero y Julissa Rosario— presentó un proyecto sólido, bien producido, con visión y flow dominicano. Hasta hubo merengue. 

  • Las últimas sedes de este evento fueron en Francia, Suiza, India, Grecia, y próximamente Italia y Los Ángeles. Después de todo eso… ¡viene Punta Cana! Un salto bien alto, considerando que somos una isla que todavía está luchando por hacerse de un nombre en el deporte olímpico mundial.

  • Es un vitrineo global: más de 200 figuras clave del deporte internacional vendrán al país, con cobertura mediática internacional, atención diplomática y oportunidades de networking que podrían traducirse en más apoyo, más eventos y más respeto para nuestro deporte.

Más que un evento, una puerta abierta 

Esto no es solo un trofeo simbólico para exhibir en una repisa institucional y mandar notas de prensa.  Traer la sesión del COI a Punta Cana es abrirle la puerta a la República Dominicana para jugar en la primera división del deporte global, con todo lo que eso implica. 

Primero, el impacto directo: Durante una semana, la élite del olimpismo internacional va a estar en el país. Eso significa turismo de alto nivel, visibilidad internacional, contratos de servicios locales, seguridad diplomática, cobertura de prensa global y una avalancha de atención que no hay forma de conseguirlo de otra manera. 

Igual o más importante es lo que puede pasar después porque cuando tú demuestras que puedes organizar un evento de esta magnitud, te miran distinto. Es como cuando invitas a un coro a tu casa de gente con la que quieres hacer networking, le das trato de primera y de repente te invitan a todas las juntaderas de ellos.  

En el mundo olímpico, eso puede significar: 

  • Más apoyo a atletas dominicanos. No solo financiero, sino técnico: entrenadores, intercambios, campamentos, becas. 

  • Candidaturas futuras. Imagínate que en 10 años estemos hablando de los Juegos Olímpicos Juveniles en Santo Domingo, o de competencias continentales en el país. Suena ambicioso, pero por algún lado se empieza. 

  • Reformas internas. Cuando le ponen el ojo internacional al país, indirectamente se presiona a los gobiernos a mejorar infraestructura deportiva, transparencia institucional y profesionalización de nuestras federaciones. 

En fin, Punta Cana 2027 puede ser un punto de inflexión. No solo porque vendrán gente de peso, sino porque por primera vez en mucho tiempo, el deporte dominicano va a tener el micrófono en la mano, el mundo entero escuchando… y probablemente terminemos poniéndolos a bailar un buen merengue también.

Reply

or to participate.