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Con el ojo abierto y la garganta cerrada

¿Te ha pasado que te levantas por la mañana sintiéndote con más cansancio de lo que te acostaste? Este desbarate puede tener que ver con algo más que una mala noche, o un colchón duro, o una almohada que era blanca y ahora está amarilla, la cual si te concentras bien al acostarte escucharás cuando dice con voz llorosa «estoy cansado, jefe». Aquí vamos a hablar de la apnea del sueño. Y sí, como en casi todo, la tecnología ya está metida en resolver ese problema.

¿Qué es la apnea del sueño y cómo te afecta?

La apnea del sueño es cuando dejas de respirar por unos segundos mientras duermes, y para colmo no te das cuenta. Esto sucede porque los músculos de la garganta se relajan demasiado y bloquean las vías respiratorias. El cerebro no duerme, pero sabe que necesitas dormir, la vaina es que cuando dejas de respirar se ve obligado a despertarte brevemente, varias veces por noche, para que puedas respirar. Y como te dije antes, no es que abrirás los ojos necesariamente, esto ocurre sin que lo notes, y al día siguiente sientes como si no hubieras dormido ni jí.

Las personas con apnea del sueño regularmente roncan como un tractor, también se les para la respiración, tienen un cansancio y una cuaja extrema durante el día, y para colmo hay veces que les duele la cabeza acabando de despertar. Las pausas respiratorias pueden ser de más de 10 segundos varias veces por hora, esto baja los niveles de oxígeno en la sangre y se acumula dióxido de carbono. O sea, todo esto puede ser bastante incómodo, pero no se trata solo de incomodidad, la apnea del sueño sin tratar puede desencadenar problemas mucho más graves de salud, sin contar con que afecta la función del cerebro y el corazón.

Esto no es para Instagram

La obesidad es uno de los factores de riesgo más potentes para desarrollar apnea obstructiva del sueño. De hecho, un estudio publicado en la American Academy of Sleep Medicine reportó que el 70% de las personas con apnea del sueño tienen sobrepeso u obesidad. El exceso de grasa en la zona del cuello y el abdomen ejerce presión sobre las vías respiratorias, lo que aumenta la probabilidad de que se colapsen mientras duermes.

Pero el problema no se queda ahí. La grasa no solo bloquea las vías respiratorias, sino que también puede afectar la función neuromuscular que regula la apertura de la garganta mientras duermes.

Vamos a ver si se pone en español: aquí se fuñen tanto los factores mecánicos (la presión en el cuello) como los neurológicos (la señal que envía tu cerebro para mantener las vías abiertas).

Lo peor es que este es un ciclo vicioso. Si tienes obesidad puedes tener apnea del sueño, y entonces esa misma apnea del sueño te dificulta la pérdida de peso, ya que altera las hormonas que regulan el hambre. Entonces más aumento de peso y más grave la apnea.

¿Diabetes también?

La apnea del sueño no solo afecta tu calidad de sueño, sino que también está relacionada con el desarrollo de diabetes tipo 2. Como la apnea genera una baja en los niveles de oxígeno mientras duermes, esto aumenta la inflamación en el cuerpo y puede contribuir a la resistencia a la insulina, una de las principales causas de la diabetes tipo 2.

Incluso en personas que tienen los genes ya predispuestos a la diabetes, es importante controlar la apnea del sueño, porque podría ser una forma de reducir el riesgo de desarrollar diabetes, independientemente de si tienen sobrepeso o no.

¿Y la tecnología, qué pinta aquí?

Ah tú ve… Hasta hace poco, para saber si tenías apnea del sueño, tenías que ir a un laboratorio, ponerte cables como cualquier poste de luz en Santo Domingo y dormir fuera de tu casa. Pero ahora, marcas como Samsung están invirtiendo en tecnología en la que es fácil detectar la apnea sin tener que hacer todo ese show.

En febrero de este año, la FDA aprobó oficialmente la función de detección de apnea del sueño en el Samsung Galaxy Watch. Esto es clave porque ahora no solo confías en que el reloj es útil y que te gusta la marca, sino que cuenta con el respaldo de la principal agencia reguladora de salud en Estados Unidos.

Esta función en el Galaxy Watch o el Galaxy Ring (para quienes no quieren dormir con un reloj) permite monitorear tus niveles de oxígeno durante toda la noche y registrar interrupciones respiratorias, todo sin que tengas que salir de tu cama. ¿Ves que algunos relojes no solo sirven para dar la hora y echar vainas? Con el simple hecho de ponerte tu reloj antes de dormir, la tecnología nos da lo que muchas veces nos falta: data sobre nosotros mismos. Samsung ha liderado esta revolución, y no te extrañes si tu reloj no solo detecta la apnea, sino que te ofrece sugerencias en tiempo real para mejorar tu descanso.

La idea es que, en vez de estar adivinando por qué te levantas tan cansado, puedas ver datos reales en tu teléfono que te ayuden a tomar medidas antes de que la situación empeore.

Unos consejitos

Está bien que uses la tecnología es genial para detectar, ya sea el Galaxy o cualquier otro aparato (asegúrate que esté aprobado por la FDA), pero también hay algunas cosas que puedes hacer para reducir los efectos de la apnea del sueño:

Perder peso: quien escribe aquí sabe de primera mano que no es fácil, pero hay que darle pa’bajo a esas libras para que las vías respiratorias no se bloqueen. Los estudios demuestran que perder solo el 10 % de tu peso puede reducir en un 50 % la gravedad de la apnea. Por si te estabas preguntando si vale la pena ponerte en forma.

De seguro has escuchado gente que dice que solo ronca cuando bebe. Pues eso mismo: evita el alcohol un par de horas antes de dormir, porque alcohol relaja los músculos de la garganta y empeora la apnea. Duerme de lado, porque si ya bebiste y encima tienes obesidad, la ley de la gravedad te juega en contra y con el peso se bloquean las vías respiratorias.

Lo más importante es la salud

Para finalizar, dormir bien no es un lujo, es una necesidad. La apnea del sueño afecta mucho más que solo tu energía diaria: también puede aumentar el riesgo de problemas de salud graves como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2, y cáncer.

Lo que sí es bueno saber que la tecnología que usamos todos los días no solo está evolucionando para hacer mejores fotos o videos, o para tener una pantallota y ver las series y películas, sino que también puede ayudarte a dormir mejor y, en definitiva, a vivir mejor.

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