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Educación en valores
Edición Especial


Educación en valores
Pero no en ‘esos’ valores. Hoy no vamos a hablar de responsabilidad, honestidad o puntualidad, sino de los valores que literalmente representan dinero. Los que puedes comprar o vender en el mercado de valores. Este mercado, por cierto, tiene todo un sistema detrás para guardar y cuidar cada valor y cada transacción.
Empecemos por el principio.
¿Qué es un valor?
En palabras sencillas: un valor es un documento (a veces, literalmente es un papel) que representa que eres dueño de algo que representa un derecho a que te paguen dinero en el futuro.
Pero no todo cae en la categoría de valor. Para que algo sea considerado un «valor», debe poder venderse o comprarse entre personas o entidades, sea de manera pública en el mercado de valores (como los bonos) o de manera privada (las acciones de una empresa). Por ejemplo, el título de tu casa dice que eres dueño de tu casa, pero no es como que puedes salir a venderle ese título por sí solo a quien lo quiera comprar (lo que vendes es la casa); o tú puedes tener un certificado financiero que dice que el banco te tiene que devolver ese dinero con intereses, pero eso es un acuerdo privado entre tú y el banco, y no se lo puedes vender o comprar a otra persona.
Si esos no son, ¿cuáles son?
Hay muchos tipos de valores, pero podemos mencionar los principales:
Bonos: es como si le prestas dinero a una empresa o a un gobierno. Digamos que le compraste un bono de 100 pesos a la empresa X, que lo emitió porque necesita ese dinero ahora. A cambio, prometen devolverte esos 100 pesos en algún momento del futuro, y encima darte más dinero como pago de intereses por tu inversión.
Certificados de inversión: son como bonos, pero los emite el Banco Central. Igual, compras un certificado por un monto x, y eso te da el derecho a recibir ese monto más los intereses en el futuro.
Acciones: un pedacito de una empresa. Ojo, tiene que ser una empresa que cotice en la bolsa (recuerda que los valores tienen que poder negociarse en público), porque si no, entonces no sería un valor. Esas acciones te dan derecho sobre los beneficios de la empresa, si tiene.
Fondos de inversión: es como una alcancía gigante donde muchas personas juntan su dinero para que un experto lo invierta en acciones y bonos variados. Si tienes dinero en un fondo de inversión, tienes derecho a los beneficios que produzca invertir ese dinero.
Para comprar o vender uno de estos valores, aunque se puede hacer directamente en algunos casos, usualmente vas a un puesto de bolsa o a una administradora de fondo de inversión. Todos esos actores conforman lo que se llama el mercado de valores.
Del papel a la pantalla
Antes era sencillo decir que eras dueño de un valor. Por ejemplo, si comprabas un bono por 100 pesos, literalmente te daban un papel que decía que ese bono valía 110 pesos (por decir un número) y podía cobrarse en tal fecha. Si le vendías el bono a otra persona, te daba tus cuartos y tú le pasabas el papel. Fácil, pero si se te perdía el papel: te guayaste.
Hoy en día todo eso está en registros electrónicos, o sea que no tienes nada en físico. Ahora imagínate la cantidad de valores que se negocian todos los días, registrados en computadoras y servidores. Si se deja eso a que cada quien haga sus transacciones, se arma un caos fácilmente. Entonces, ¿quién los guarda? ¿dónde se registra quién es el dueño de cada valor? ¿quién se asegura de que los pagos se hagan?
Te presento a Cevaldom.
El guachimán del mercado de valores
Cevaldom es el Depósito Centralizado de Valores de la República Dominicana. No es un banco y no tiene dinero, pero por ahí pasan todos los valores del país. Su rol se puede explicar en 3 funciones:
Depósito: si Cevaldom existiera cuando todo era en papel, sería del tamaño de un estadio de fútbol lleno de papeles. Ellos tienen un registro de todos los bonos: quién es el dueño legal, quién le debe a quién, cuándo debe pagar, etc.
Como tienen los registros, también llevan anotado cualquier cambio que haya en un valor. Por ejemplo, si pones un bono como garantía para un préstamo, o si murió el dueño de un bono y viene una herencia. Eso evita problemas legales.
Compensación y liquidación: Cuando se compra o vende un bono, Cevaldom se encarga de que las dos partes reciban lo suyo al mismo tiempo: el comprador su bono y el vendedor su dinero. También cuando llega la fecha de cobro, el pago se hace automático, sin que el dueño tenga que ir a reclamar. Sus sistemas hacen que todo se mueva seguro y sincronizado.
Operaciones extrabursátiles: La mayoría de las transacciones no se hacen en la bolsa (a menos que sea comprar acciones de una empresa), sino entre instituciones: el Banco Central, empresas, bancos o puestos de bolsa. Por ejemplo, el Banco Central emite un bono, un puesto de bolsa lo compra y luego te lo revende a ti. Todas esas operaciones se registran en Cevaldom para que su precio sea dado a conocer al público y haya más transparencia.
Ahí, calladitos
Si tienes una acción, un bono o cualquiera de los valores del mercado público, estás registrado en Cevaldom aunque ni sepas que existe. Procesan más de 100 000 operaciones al mes, tienen más de 150 mil cuentas activas, y custodian más de 2.9 billones de pesos (o lo que es lo mismo, 2.9 millones de millones de pesos) en valores. La mayor parte son bonos del Estado, aunque también hay bonos de empresas, acciones, cuotas de fondos de inversión y más. Y claro, para mantenerse cobra una comisión por cada transacción que pasa por sus manos.
Su rol es silencioso, pero esencial. Por eso está regulado por la Superintendencia del Mercado de Valores y supervisado por el Banco Central. Además, tiene certificaciones internacionales (ISO 27001 y 27701) que le dan seguridad a todo el mundo de que manejan tu información y tus activos con estándares de primer nivel.
¿De dónde salió Cevaldom?
Si tú vives del mercado de valores, ¿quién es el más interesado en que todo ande por la rayita? Exacto: tú. Por eso, no es como que Cevaldom apareció de la nada ni tampoco que el gobierno decidió meter esa supervisión ahí; los mismos bancos, puestos de bolsa y la Bolsa de Valores son los accionistas. Es una empresa que técnicamente es independiente, pero que todos los actores del mercado crearon para que el sistema fuera confiable.
Vamos repasando
Un valor es como un papel (pero digital) que dice que tú tienes algo que te da derecho a que te paguen por eso en el futuro: puede ser un bono, una acción en una empresa o una inversión. Y Cevaldom es quien guarda y vigila todos esos papeles en el mercado público de valores. No vende ni presta ni tiene dinero, pero es quien asegura que lo que tú compraste esté a tu nombre, que te paguen cuando toca, y que todo marche sin problemas. No se ve, pero sin Cevaldom, el mercado no funciona.
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