Jugo de naranja: agotado

Hace unos días nos enteramos de la muerte de O.J. Simpson, una persona que se tomó la descripción «figura pública» muy a pecho y le dio al mundo razones para prestarle atención, aunque no siempre fueron razones buenas. Siéntate cómodo y deja que te contemos la historia de este Multitasker.

El Orange Juice

Orenthal James Simpson nació en California, en 1947, y se hizo famoso en 1967 cuando comenzó a jugar fútbol americano para el equipo de la Southern Carolina University —USC—. Y como nadie iba a estar en eso de decirle Orenthal, todo el mundo lo conoce como O.J. Simpson. Brilló tanto en la USC, que en ese mismo año lideró la conferencia en yardas por acarreo y fue nombrado Jugador Más Valioso (MVP) de la Conferencia de la Costa del Pacífico. Y al año siguiente, en 1968, ganó el Trofeo Heisman, como el mejor jugador del país, que es el premio más prestigioso en el fútbol americano universitario de EE. UU.

Después de eso, los Buffalo Bills lo contrataron para jugar en la National Football League (NFL), y se volvió una pieza indispensable para los equipos donde jugó, rompiendo récords y acumulando yardas como cosa loca, hasta su retiro en 1979.

O.J. era como Barbie

Ambos son lo que quieren ser. Así que ya en los finales de su carrera en la NFL, O.J. decidió entrar al mundo de la actuación y la televisión. Participó en varias películas, series, comerciales y fue comentarista en programas de fútbol americano.

Todo iba de maravilla, hasta que, en 1985, su esposa y un chico aparecieron muertos.

Alto ahí, ¿QUÉ?

Así mismo. O.J. conoció a Nicole Brown, en 1977, cuando ella tenía 18 años y él 30 y parece que fue amor a primera vista. Dos años después, O.J. se divorció de su primera esposa, Marguerite, en 1979 y en 1985, se casó con Nicole. Duraron juntos 7 años y tuvieron 2 hijos.

Visto en: People

No es que fueran el matrimonio más feliz del mundo. Durante el tiempo que estuvieron casados, a Simpson lo investigaron varias veces por violencia doméstica e incluso en 1989 no refutó los cargos por abuso. Y las cosas siguieron sucediendo hasta que en 1992, Nicole pidió el divorcio alegando «diferencias irreconciliables» y se fue de la casa.

Al año siguiente

En junio de 1993, encontraron los cuerpos de Nicole Brown Simpson —la esposa— y de Ronald Goldman —el amante de Nicole—, en la entrada de la casa de Nicole. Ambos habían sido asesinados de forma brutal y cuando los encontraron tenían por lo menos 2 horas ahí afuera. Durante la investigación de la escena encontraron un gorro de lana y un solo guante ensangrentado —anota ese dato mentalmente por un rato—.

Visto en: Daily News

Desde que se supo que la mujer era la esposa de O.J., la policía salió derechito para la casa de este, a decirle que la habían asesinado y a interrogarlo. Cuando llegaron, se toparon con una jeepeta ensangrentada por dentro y por fuera y decidieron entrar corriendo para ver si también habían lastimado a Simpson. El único detalle es que él no estaba en la casa cuando los detectives llegaron —porque se había ido para Chicago la noche anterior—pero sí estaba el par del guante ensangrentado que encontraron en casa de Nicole, también lleno de sangre. 

Pues con eso, la policía comenzó a recolectar evidencia contra O.J. y emitieron una orden de arresto un año después. Los abogados de Simpson se metieron al medio y lograron que lo dejaran entregarse el 17 de junio de 1994, pero el tipo no se apareció y tuvieron que emitir una orden de búsqueda ese mismo día en la tarde.

Aquí comienza el show

O.J. no solamente no apareció, sino que mandó una carta —que leyó a la prensa su amigo y abogado, Robert Kardashian, el papá de esas mismas que piensas— que parecía una nota de suicidio, donde muy dramáticamente escribió: «todos entiendan que no tuve nada que ver con el asesinato de Nicole... No sientan pena por mí. He tenido una gran vida».

Visto en: Daily News

Después de eso, todo el mundo pensó que había pasado al otro charco, hasta que lo vieron al rato en su jeepeta con su viejo amigo futbolista, Al Cowlings, manejando.

A la jeepeta le dieron una carrera por lo menos 20 carros de policía y 9 helicópteros, en lo que Al conducía, avisando que O.J. iba sentado detrás, apuntándose un arma a la cabeza, amenazando con suicidarse para evitar el arresto. Mientras todo eso pasaba, las cadenas de televisión iban pasando todo en vivo, los fans de O.J. llenaron las calles esperando que el carro pasara a millón y los policías y muchísimos jugadores intentaban comunicarse con él para que se entregara.

Visto en: BBC

Al final, O.J. llegó hasta su casa, pidió hablar con su mamá, logró entrar, duró una hora adentro y estuvo con su hijo, Jason Simpson, y se entregó cuando llegó su abogado principal, Robert Shapiro.

El juicio del siglo

Comenzó un año después, en 1995. Los fiscales argumentaron que O.J. mató a Nicole y Ronald por un ataque de celos y presentaron pruebas de todo tipo —sangre, cabello, fibras, testimonios— que ponían a Simpson como el responsable del caso. 

Y por el otro lado, los abogados de O.J. argumentaron que nada más pensaron que él era el responsable por el racismo que había en EE. UU. y específicamente en Los Ángeles —donde ocurrió todo—. Dijeron que las pruebas habían sido manipuladas y que había pasado demasiado tiempo como para que eso fuera válido.

Visto en: Daily News

Y pasó el momentazo

Durante el juicio —que por cierto, duró 9 meses— a O.J. le pidieron que se pusiera los guantes del lío, que eran la evidencia más involucradora, y cuando se los midió, pasó trabajo para que le encajaran. Agarrándose de eso entonces, los abogados de O.J. dijeron la famosa frase «si no ajusta, deben absolverlo».

Visto en: El País

A toda esta escena se sumaba el conflicto abierto que tenían los jueces con el tema racial y el temor de que si metían a O.J. preso, se revoloteaban en contra del veredicto.

Al final

Lo declararon no culpable de asesinato en ambos cargos y lo mandaron para su casa el 3 de octubre de 1995.

Y aunque de esa se libró, en 2007 fue detenido por robo a mano armada y secuestro; y ahí sí lo condenaron a entre 9 y 33 años de cárcel. Duró 10 adentro y salió en el 2017.

Visto en: ABC

Y como la vida termina

A O.J. lo mataron. Pero no una persona, sino el cáncer de próstata. Había anunciado la enfermedad en 2023. Hace unos días, su familia anunció por X —el antiguo Twitter—, que había fallecido, a los 76 años.

Fuentes consultadas

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