RD: Lo bueno, lo malo y lo feo

Edición Especial

Para arrancar con esto, vamos a usar la imaginación. Piensa en que tienes mucho tiempo sintiéndote más o menos bien, haciendo ejercicio y comiendo mejor. Pero como ya eres de los que suena crunchy cuando te vas a parar después de 10 segundos agachado, decides que también hay que hacerse un chequeo general para saber si hay que hacer algún ajuste. 

El médico te recibe, te mide la presión, revisa tus análisis y te dice: «Bueno, tienes una base sólida, pero hay que prestarle atención a algunas cosas». Por fuera, estás nítido: buen peso, ritmo cardíaco decente y fuerza física. Pero cuando profundizan, salen detalles que podrían traerte problemas serios si no los corriges: colesterol alto, un principio de hipertensión y además tienes una falta de flexibilidad, que en 15 años no vas a poder ni amarrarte los cordones.

Pues algo parecido pasa con República Dominicana en el diagnóstico que presenta el BIDeconomics 2024. Cada año nos repetimos, con razón, que somos una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina, con una clase media que crece y niveles de pobreza que se han reducido bastante. Pero cuando el Banco Interamericano de Desarrollo se puso la bata de médico y nos hizo un chequeo completo —desde la presión arterial de la economía hasta los niveles de azúcar en nuestra productividad—, quedó claro que tenemos mucho potencial, pero también algunos problemas que requieren atención urgente para evitar una sirimba en el futuro. Siéntate, que esto va a tomar tiempo, pero te aseguramos que serás una persona más aterrizada en el país que vive si lo lee hasta el final. O al menos te verás más inteligente discutiendo en los grupos de WhatsApp y en las redes.

Crecimiento económico: Un cohete

Como dijimos arriba, no es noticia que somos uno de los países de más rápido crecimiento en América Latina. Entre 2005 y 2022, el PIB aumentó un promedio del 5.4 % anual, muy por encima del 2.3 % regional. Además:

  • La pobreza monetaria pasó de un alarmante 48.2 % en 2005 al 21.5 % en 2022.

  • La clase media creció del 21 % al 36.2 % en ese mismo período.

Peeeeeeero

Este cohete tiene un motor de los viejos, porque estamos estancados en la productividad. Nuestra productividad creció un promedio anual de apenas 0.7% entre 2010 y 2022. Esto significa que nuestra capacidad para producir más (o mejor) con los recursos que tenemos no está avanzando al ritmo que debería. De hecho, con los mismos insumos, generamos solo el 60 % de lo que produciría Estados Unidos. Por ejemplo, si tenemos una fábrica que usa 10 máquinas y 10 trabajadores para producir 60 zapatos al día, en Gringolandia con las mismas 10 máquinas y 10 trabajadores, se producen 100 zapatos al día.

¿Por qué pasa esto, doctor? 

El BIDeconomics menciona varias razones. Mira algunas:

  • Alta informalidad laboral: 6 de cada 10 dominicanos trabajan en la informalidad, así que tienen mayor dificultad en acceder a financiamiento y capacitación.

  • Falta gente específica: en sectores como tecnología, ciberseguridad y desarrollo web están necesitando gente, pero muchos jóvenes no se están formando en estas áreas. Por ejemplo, aunque las mujeres dominan en las universidades, de todos los que estudian carreras TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación), solo un 22 % son mujeres. El dominio del inglés, que es fundamental, sigue siendo una gran debilidad para el 71 % de las empresas. Es como si un equipo de pelota estuviera necesitando pitchers, pero solo hay bateadores en el draft.

  • Innovación rezagada: Solo el 0.003 % del PIB se invierte en investigación y desarrollo, muy por debajo del promedio regional (0.67 %).

  • Vulnerabilidad: El 41.8% de los dominicanos es vulnerable a caer en la pobreza ante cualquier crisis económica o desastre natural.

El dilema fiscal: Dinero hay, pero no donde debe estar

Aquí viene una de las mayores barreras al desarrollo: lo que logra recaudar el Estado con los impuestos. El gobierno dominicano recauda impuestos equivalentes al 13.9 % del PIB, mientras que el promedio en América Latina es del 21.5 %.  ¿El resultado? Falta dinero para invertir en servicios públicos como salud, saneamiento, infraestructura y demás. Y eso no es todo:

Evasión fiscal de 40 %

Bueno, la gente como que no quiere pagar impuestos. De cada 100 pesos que el gobierno debería recaudar en impuestos, más de 40 pesos se pierden en el camino. Esto ocurre porque muchas personas y empresas evitan pagar impuestos a toda costa, ya sea reportando menos ingresos de lo real, no emitiendo facturas o cualquier otra cosa que encuentren para girar a la izquierda.

Exenciones regresivas: Descuentos que ayudan más a quienes menos lo necesitan

Por ejemplo, si el gobierno anuncia un descuento en tickets de avión «para beneficiar a todos en Navidad» suena bastante bien. El tema es que las personas con ingresos más altos son las que más viajan, así que terminan llevándose casi todo el ahorro, mientras que las familias de ingresos bajos, que cogen lucha hasta para un motoconcho, casi no se benefician.

Eso es lo que pasa con las exenciones del ITBIS en República Dominicana. Más del 50 % de los bienes y servicios están exonerados de impuestos, pero esos beneficios se concentran principalmente en quienes tienen mayor poder adquisitivo. Por ejemplo, bienes exonerados como electrodomésticos o servicios turísticos de lujo benefician más a las clases altas.

Doctor, deme la receta

Claro, porque sería una locura que un doctor de verdad te diga «bueno, tú estás mal aquí y aquí» y que no te diga cómo mejorar eso, o que por lo menos te indique un medicamento.

El BID estructura su diagnóstico en tres pilares clave: acciones para el bienestar de la gente, compromiso público-privado y modernización de sectores estratégicos. Vamos a ver si lo explicamos lo mejor posible:

Acciones para el bienestar de la gente

En palabras simples: si las personas no tienen acceso a educación de calidad, salud decente y oportunidades laborales, el crecimiento económico no sirve de mucho. Vamos a explorarlo mejor.

Educación: Invertimos mucho, pero aprendemos poco

Si la educación dominicana fuera una película, sería de esas con un tráiler espectacular, un guion flojo y un final fatal. Y eso, que en los últimos años el gasto público en educación ha subido hasta el 3.8 % del PIB, que aunque no es al 4 % que aspiramos, es un nivel que muchos países envidiarían. El problema es que este aumento no se ha reflejado en la calidad del aprendizaje. 

Pruebas PISA 2022: Aquí es verdaderamente preocupante, no solo cuando nos comparamos con la región, sino cuando medimos la calidad de nuestros propios estudiantes. El 92 % de los estudiantes tuvo un bajo desempeño en matemáticas y el 75 % un bajo desempeño en lectura. En ambas estamos muy por debajo del promedio regional.

Cobertura desigual: En preprimaria, solo el 64 % de los niños está inscrito, un porcentaje que está muy por debajo del promedio de América Latina y el Caribe (76 %) y de los países de la OCDE (81 %). Esto es preocupante, ya que la educación inicial es clave para el desarrollo cognitivo y emocional. En secundaria, la inscripción alcanza el 75 %, también nos quedamos atrás frente a América Latina (97 %) y la OCDE (105 %). Esto significa que estamos perdiendo a muchos estudiantes en los niveles más cruciales de su desarrollo. 

El problema ha ido aumentando. Es verdad que la pandemia agravó la situación, donde el 10.4 % de los niños de 6-8 años no fue a la escuela entre 2020 y 2021, pero pasamos de 1.9 % en 2019 y 2020 a un 6.7 % de los niños de 6-8 años que no fueron a la escuela entre 2022 y 2023.

¿Por qué pasa esto? Parte del problema es que la mayor parte del presupuesto educativo se destina a gasto corriente, como salarios administrativos, contratación de profesores y aumento de salarios, en lugar de invertir en infraestructura, tecnología, formación docente o materiales de calidad. Además, la pandemia amplió las brechas porque muchos estudiantes no regresaron a las aulas, y los que lo hicieron vinieron con rezagos importantes en su aprendizaje.

Aquí el diagnóstico del BID es claro: no basta con gastar más; necesitamos gastar mejor. Eso significa:

  • Priorizar la calidad sobre la cantidad: formación continua para docentes, tecnología en las aulas y programas efectivos de tutorías.

  • Mejorar la transición entre niveles educativos: asegurarnos de que más niños lleguen al preescolar y se gradúen de secundaria.

  • Enfocarnos en resultados: establecer sistemas de evaluación que permitan medir el impacto del gasto en el aprendizaje real de los estudiantes.

En pocas palabras, no es suficiente con hacer bulto en las aulas. Tenemos que garantizar que, al salir de ellas, nuestros muchachos estén preparados para el país que queremos.

El sistema de salud en coma

Cuando vemos los datos del BIDeconomics 2024, es como si el mismo sistema de salud en RD estuviera en cuidados intensivos. Mira las problemáticas más destacadas:

  • Solo 1 de cada 4 centros de primer nivel está acondicionado para ofrecer servicios de calidad. Esto significa que la mayoría de los dominicanos no puede acceder a una atención médica básica adecuada, lo que los obliga a buscar servicios más costosos en hospitales que ya están saturados.

  • Hay solo 15 médicos y 16 camas de hospital por cada 10,000 habitantes, un 33 % menos que el promedio de América Latina y el Caribe. Por eso las largas filas y esperas, la dificultad para atender emergencias.

  • Por cada 100,000 nacidos vivos, 107 mujeres fallecen durante el embarazo o el parto en República Dominicana. Esto supera el promedio regional, que es de 88 muertes por cada 100,000 nacidos vivos. 

  • En República Dominicana, 27 niños por cada 1,000 menores de 5 años mueren cada año, según datos de 2022. Esta cifra es casi el doble del promedio regional, que es de 14 muertes por cada 1,000 niños menores de 5 años.

  • Solo el 11 % de las aguas residuales se tratan antes de ser vertidas en el medioambiente. Esto significa que el 89 % restante contamina ríos, playas y fuentes de agua potable, lo que genera enfermedades gastrointestinales y problemas de salud pública. Es como si estuviéramos bebiendo o nadando en nuestras propias aguas residuales. El caso es que esto afecta a las comunidades más vulnerables y sobrecarga a los hospitales con casos que se pudieran evitar.

Propuesta del BID:

  • Fortalecer los centros de primer nivel, asegurando que todos estén bien equipados para brindar atención básica y evitar la saturación de los hospitales.

  • Incrementar la inversión en infraestructura hospitalaria y en la formación de más médicos para cerrar la brecha con el promedio regional.

  • Invertir en saneamiento para reducir las enfermedades prevenibles que afectan especialmente a los niños.

Compromiso público-privado: Juntos, pero no revueltos

En el desarrollo de cualquier país, el sector privado y el gobierno deben trabajar de la mano, pero cada uno desde su trinchera. El BIDeconomics señala que en República Dominicana esta colaboración es clave para resolver desafíos estructurales, especialmente en áreas donde la inversión privada puede complementar la acción gubernamental.

Somos el 12.º país más vulnerable al cambio climático en el mundo, según el Índice de Riesgo Climático Global.  Entre 2000 y 2019, el país sufrió 180 ciclones que dejaron pérdidas económicas equivalentes al 0.7% del PIB cada año. 

Aquí es donde el sector privado puede meter mano invirtiendo en infraestructura resistente a desastres, seguros climáticos y tecnologías sostenibles.

Finanzas e innovación: Mucho por hacer

En RD hay dos motores esenciales del desarrollo económico funcionando a medio talle: el acceso al crédito y la inversión en innovación.

Hay que prestarle a la gente

Solo el 30 % del PIB del país corresponde a crédito privado, por debajo del 47% en promedio para la región. En términos simples, esto significa que las empresas y emprendedores tienen un acceso limitado a financiamiento para expandir sus negocios o emprender nuevos proyectos. Sin acceso a crédito, las pequeñas y medianas empresas (PYMES) no pueden crecer ni competir.

Inversión en innovación: Bueh

Invertimos apenas el 0.003% del PIB en investigación y desarrollo. Somos uno de los países con menor inversión en innovación en toda la región. El promedio en América Latina es del 0.67% del PIB. Por eso, en lugar de innovar, seguimos dependiendo de modelos tradicionales.

¿Qué propone el doctor BID? 

  • Inclusión financiera: Ampliar el acceso al crédito, especialmente para las PYMES y emprendedores, fomentando productos financieros adaptados a sus necesidades.

  • Impulso a las fintech: Apoyar el desarrollo de empresas tecnológicas en el sector financiero (fintech), que pueden ofrecer soluciones rápidas y accesibles para quienes no tienen acceso al sistema bancario tradicional.

  • Aumentar la inversión en innovación: Estimular a empresas y universidades a desarrollar proyectos de investigación y desarrollo, mediante incentivos fiscales, subsidios y alianzas. 

Modernización de sectores estratégicos

Esto probablemente se explique solo, pero solo podemos mejorar si vemos los datos: 

Turismo: El sol sale en todos lados

  • La Altagracia concentra el 58 % de los turistas que nos visitan, dejando al resto del país sin aprovechar. Sin embargo, el turismo genera el 40 % de los residuos sólidos del país y consume tres veces más agua per cápita que los residentes locales.

Propuesta BID: Diversificar el turismo, desarrollar nuevos destinos y mejorar la sostenibilidad ambiental del sector.

Agricultura: Potencial desperdiciado

  • Más del 33 % de los daños por ciclones impactan al sector agrícola.

  • La productividad agrícola ha crecido apenas un 0.6% anual en los últimos 50 años.

Propuesta BID: Modernizar el sector mediante tecnologías climáticamente inteligentes, mayor financiamiento y cadenas de valor más sólidas.

Logística: El gigante dormido

  • República Dominicana ocupa el puesto 88 de 139 en el Índice de Desempeño Logístico. 

  • El transporte terrestre es caro, ineficiente y depende de una flotilla de la prehistoria casi.

Propuesta BID: Mejorar la infraestructura física y digital, y formalizar el transporte de carga.

¿Sigues aquí?

Felicidades, eso indica que te importa el futuro de este país. El BIDeconomics 2024 nos hizo un chequeo completo y nos dejó claro que estamos bien, pero nos falta un camino por recorrer para estar duros, o “fits”. Tenemos el metabolismo lento en la productividad: trabajamos duro, pero no le sacamos el máximo al esfuerzo. También tenemos muchos antojos de comida chatarra con el gasto público, si sabes a lo que nos referimos: comida que jarta, pero no aprovecha. Y en el gym de la diversificación económica, solo estamos dándole a pecho y espalda y nos estamos volando los días de piernas. Y con el cambio climático tenemos como una hipertensión silenciosa, que ignoramos porque no duele hoy, pero puede pasarnos factura más adelante.

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